RECIPIENTES Y CONTENEDORES


Los tipos de recipientes y contenedores que se pueden usar o construir deben estar de acuerdo con el espacio disponible, las posibilidades técnicas y económicas, y las necesidades y aspiraciones de progreso y desarrollo del grupo familiar.

Para iniciar la HHP e ir adquiriendo los primeros conocimientos prácticos podemos utilizar, por ejemplo, cajones de empacar frutas; neumáticos o llantas viejos; bañeras infantiles; fuentes plásticas en desuso; o bidones plásticos rotos, recortados por la mitad. Recipientes tan pequeños como los envases plásticos para helados, los vasos plásticos desechables y los potes de aceite o margarina, son suficientes para cultivar acelgas, cebollas, cilantro, lechugas, perejil y otras hortalizas.
Las bolsas o mangas plásticas de color negro, como las que se usan para plantas de viveros, son recipientes económicos, fáciles de usar y muy productivos en pequeños espacios. Las bolsas son aptas para especies como tomate, pepino, pimentón y cebolla. A medida que se progresa en el aprendizaje y se comprueba la eficiencia del sistema se pueden instalar en las paredes, canales o canoas hechas con plástico negro, sostenido con hilos o pitas colgadas de las paredes o colocadas en la base de ellas.
Si se dispone de espacio suficiente es importante no quedarse solamente con estos contenedores pequeños; el progreso en conocimientos debe unirse a la ampliación del tamaño de los cultivos y a la diversificación de las especies. Una superficie de 30 m* de HHP permite obtener un ingreso constante a lo largo del año.
En la expansión de la huerta pueden incluirse contenedores de madera de por lo menos 1.5 m* de área, mangas verticales y otro tipo de estructuras más productivas y que demandan el mismo tiempo y esfuerzo que una gran cantidad de los pequeños recipientes que nos han servido para adquirir las primeras experiencias.